miércoles, 12 de enero de 2011

*[LaRepublica.pe] UN ETERNO EMPLEO TEMPORAL (Situación laboral en empresa Topy Top)


Un eterno empleo temporal
Publicado en el Diario La República el domingo 09 de enero de 2011

Llevan trabajando en Topy Top entre 8 y 15 años bajo el régimen de empleo temporal. En su mayoría son operarios de producción que deben renovar contrato cada 45 días. La empresa no les ofrece estabilidad laboral porque existe una ley que la ampara. La norma permite a las exportadoras textiles como Topy Top concluir los contratos cuando mejor lo crean conveniente.

Por María Isabel Gonzales

"No puedo garantizar el empleo a nadie", dice Javier Mundaca, gerente de Recursos Humanos de Topy Top. Esta empresa, líder en exportación textil,  tiene alrededor de 3,500 trabajadores en planilla y de ellos solo un 25% es estable. Mundaca explica que, como otras empresas del rubro, están condicionados a los pedidos de sus clientes, que en el caso de Topy Top son las marcas: Gap, Abercrombie,  Nautica, Polo y Ralph Lauren. Dice que, de verse obligados a contratar personal indefinidamente, no serían competitivos. La norma que permite este modo de contratación es la ley 22342 y fue promulgada hace 32 años en el gobierno de Francisco Morales Bermúdez. La actividad exportadora de entonces era prácticamente nula y para incentivar la inversión de los empresarios en este rubro les dieron la posibilidad de disminuir o aumentar personal según los pedidos de compra del exterior.

Como testigos y víctimas de estos recortes de personal, los trabajadores consideraron que la única forma de proteger sus derechos era a través de un sindicato. Y así lo hicieron. En noviembre del 2007 crearon el Sindicato de Trabajadores Obreros de Topy Top (Sintottsa) con 450 operarios, en su mayoría del área de confecciones. Después de tres años, según sus números, solo quedan 190 y un comité de despedidos de 60 integrantes. "El tipo de contrato que tenemos nos hace vulnerables. La gente duda en afiliarse porque tiene miedo de que no les renueven el contrato por ser parte del sindicato, a pesar de llevar entre 8 y 15 años trabajando para la empresa", señala Amed Albújar, secretario general de Sintottsa.

1. ¿Despido arbitrario?

Son 55 extrabajadores de Topy Top los que han demandado a la empresa por despido arbitrario. Consideran que formar parte del sindicato fue la razón principal para dejarlos sin empleo. "Ellos lo llaman despido; nosotros, vencimiento de contrato", apunta Mundaca. Pero la Justicia no opina igual y les ha dado la razón a cuatro de ellos. El octavo juzgado constitucional de Lima ordenó a Topy Top que los reincorpore en los puestos que ocupaban. El juez dictaminó que la empresa debía hacerles un contrato por tiempo indeterminado. Llegó a esta conclusión tras verificar si Topy Top cumplía con registrar los contratos eventuales en el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Según este fallo, por lo menos en los cuatro casos en los que el sindicato va ganando, Topy Top no cumplió con ese requisito y mantuvo a los trabajadores sin firmar contrato durante meses. De acuerdo con la ley, esa falta le da al empleado la condición de trabajador estable.

2. Inspecciones y multas

Según Javier Mundaca, el ministerio empezó a visitar la planta de producción de Topy Top hasta cuatro veces al día debido a que el sindicato presentó una queja contra la empresa por hostilizar a sus miembros. "Los inspectores nos recriminaron por tener contratos de seis meses. Me dijeron: si tu pedido del exterior es para dentro de 40 días, los contratos no deben exceder los 45. Hicimos caso y ahora el sindicato se queja porque los contratos son cortos", dice Mundaca. A raíz de las inspecciones a las que se refiere el gerente de recursos humanos, el ministerio multó a Topy Top por afectar la libertad sindical de los trabajadores y por no facilitar información necesaria para las labores de inspección. "Tenemos cinco multas pero estamos apelando cada una. Una de las más altas asciende a 120 mil soles, sin embargo es posible que la reduzcan por unos documentos que debemos presentar", anota Mundaca.

3. Sus voces

Para Nasalia Méndez, costurera de Topy Top, los operarios son considerados trabajadores de última categoría. No tienen derecho a la jubilación ni a reclamar. "Si me sumé al sindicato fue porque quiero que mi voz se escuche, no por armar alboroto. Todos aquí somos gente trabajadora que tiene familia en casa esperando. Entendemos las necesidades de la empresa pero también me gustaría que ellos entiendan que necesitamos estabilidad. Al menos que propongan un tiempo para saber cuándo podríamos ser estables". Nasalia lleva ocho años sujeta al régimen temporal y ahora que es parte del sindicato tiene un contrato de un mes y quince días. Gana entre 70 y 80 soles semanales.

Percy Oré fue contratado por Topy Top en el 2001. Le fueron renovando su contrato hasta que en el 2007 se hizo parte del sindicato y ayudó en la elaboración de un convenio entre la empresa y los trabajadores. Un día cualquiera, al llegar a la planta, le dijeron que ya no podía ingresar. Su contrato había terminado. "Mi producción seguía siendo la misma. Era igual de eficiente pero me sacaron", dice Oré. Su caso es parte de los 55 que aún están en proceso en el Poder Judicial. Para él, uno de los casos que demuestran la legitimidad de su reclamo es el de Victoria Chamorro, otra trabajadora de la planta de confección. Hace un año dejaron de renovarle el contrato. Chamorro cuenta que antes de que le dijeran "hasta aquí nomás" llevaba cuatro años ininterrumpidos laborando en Topy Top. "Ante la orden de la Justicia de reponerme, no tuvieron más remedio que acatar. Desde noviembre estoy de vuelta", cuenta.

4. Mala fe

Según los registros del Sindicato de Trabajadores Obreros de Topy Top, desde el 2007 alrededor de unos 500 trabajadores han dejado de ser contratados. De ellos, 250 estaban afiliados al sindicato. "Mediante un acuerdo firmado en junio del 2007 pedimos que la empresa nos informe cuando decida no renovar contratos. Queríamos saber los motivos: quizás por falta de productividad, algún error, faltas recurrentes. Pero el señor Mundaca me dijo que se acogía a la ley que le permite no renovar sin previo aviso. Eso lo entiendo pero también creo que es un acto de mala fe porque existía un convenio de por medio", explica Albújar.

5. Dos posiciones

Por un lado, el sindicato quiere que el personal más antiguo pase a ser estable y, por el otro, Topy Top alega que sus contratos están dentro de la ley y que después de la crisis económica internacional sus pedidos han bajado, razón por la que no pueden contratar por tiempo indefinido.  Albújar, secretario del sindicato, cree que la ley 22342 –que ampara los contratos eventuales para las empresas textiles exportadoras– está desfasada. "Ya pasaron más de treinta  años de esa norma y el sector textil ha tenido un incremento del 550% en sus ingresos. Ese porcentaje no se ve reflejado en beneficios para los trabajadores", dice Albújar. Pero Mundaca señala que tras la crisis sus pedidos han bajado en un 30% y que, a pesar de que el algodón es más caro, sus clientes no quieren pagarles más por sus prendas. Además del pedido del Ministerio de Trabajo para que la empresa reduzca el tiempo de contrato, Mundaca afirma que  ahora sus clientes en el exterior les piden lotes de prendas que deben entregar en plazos que oscilan entre 25 y 45 días. Esa es otra razón para contratar personal por menos tiempo, asegura.

Esas son las dos posiciones sobre un  régimen de contratación temporal que ya lleva buen tiempo vigente. Los trabajadores sienten su peso sobre los hombros pues creen que es hora de que la norma se modernice y sea más justa. Es tiempo de sentarse a dialogar.

DATOS

• Confecciones Topy Top exportó por 70 millones de dólares al cierre del 2010. Es la segunda empresa líder en el sector.

• El Grupo Topy Top se inició en una compañía familiar, constituida en 1983, dedicada a la fabricación de prendas de vestir de tejido de punto 100% algodón. Las empresas que son parte de la corporación son: Topy Top, Sur Color, Inka Knit, Express y Star Print.

• Tienen dos líneas de negocio: exportación y retail. La mayoría de su producción se va al mercado norteamericano. Algunas de sus marcas y tiendas ya están en Venezuela y Colombia.

• Este año Topy Top dejó de renovar contrato a 185 personas.

Topytop responde
Javier Mundaca, gerente de recursos humanos.

Nosotros respetamos los derechos de los trabajadores al 100%. Nos avala una ley de la que hacemos buen uso, estamos al día en el pago de CTS, bonificaciones y seguridad social. Además del sueldo básico pagamos horas extras y un bono por eficiencia. Incluso respetamos los términos del convenio con el sindicato que abarcan: una bonificación nocturna del 35%, refrigerio subsidiado por la empresa en un 50%, asignación escolar, asignación por fallecimiento, descansos, permisos, canasta en Navidad, uniformes y polos.

Hemos recurrido al Indecopi para demostrar que todas las empresas de nuestro grupo cumplen con un buen uso de la ley 22342. El sindicato, avalado por una resolución del Ministerio de Trabajo, señaló que manteníamos contratos desnaturalizados con nuestros trabajadores pero el Indecopi lo ha desestimado. Con la resolución de esta entidad esperamos resolver nuestros procesos en el Poder Judicial.

Enfoque

La ley debe renovarse
Víctor Ferro Delgado, abogado y profesor de derecho laboral en la PUCP

La ley 22342 se dio con el objetivo de promover las exportaciones del sector no tradicional, como es el caso de las empresas textiles. Inicialmente este régimen estuvo previsto para un plazo máximo de diez años, pero se convirtió en un régimen definitivo porque no se estableció un plazo máximo para que el personal pueda ser contratado a plazo fijo. Sin embargo, ya es tiempo de que este régimen varíe porque ya no tiene razón de ser. Se intentó derogar en octubre del 2008 pero el proyecto acabó encarpetándose. En noviembre del año pasado el tema volvió al pleno del Congreso, y otra vez quedó en nada.

A todos nos interesa tener un sector textil cada vez más competitivo pero entonces cabe la pregunta si esto se tiene que hacer exclusivamente a costa de contratos temporales. No es posible que  la solidez de una empresa se justifique en los contratos eventuales. Se argumenta que si este régimen varía se derrumba la actividad textil exportadora del Perú. No creo que ese análisis sea cierto. Creo que tanto empleadores como trabajadores deben aspirar a un régimen de cierta perdurabilidad en sus relaciones.

Cómo se explica que muchas de las planillas de estas empresas estén llenas de gente que lleva hasta 15 años bajo el mismo régimen. Eso quiere decir que la empresa sí los necesita. La solución no es solo derogar la ley. Estimo que se necesita una legislación integral, una Ley General de Trabajo que obviamente en este Congreso no discutirán. Esperemos que el próximo Parlamento se plantee discutir esta norma y se llegue a un consenso.

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