LA CGTP Y LA SEGUNDA VUELTA ELECTORAL
Por: José Chahua Gonzales (*)
Los resultados de las elecciones del 10 de abril confirman que la mayoría de la población al igual que en el 2006 rechazan el modelo económico imperante, diseñado para favorecer a un sector minoritario de la población vinculado a los centros de poder transnacional, que actúan en alianza con los poderes fácticos y organizaciones políticas que han declinado a sus principios ideológicos y programáticos.
Sin embargo, esa animadversión al sistema neoliberal impuesto con violencia en la década de los noventa no es articulada y tampoco responde a un objetivo en común. Mientras el respaldo de Humala tiene como base el rechazo a un crecimiento económico sin distribución y que promueve la corrupción, el de Keiko reclama mayor asistencialismo del Estado. Se podría decir que mientras el electorado nacionalista se sostiene en las sectores emergentes y excluidos, el del fujimorismo en los dependientes de las dadivas públicas.
En conclusión, el enfrentamiento será entre dos visiones antagónicas que reclaman cambios. Sin embargo, uno lo demanda para el futuro y el otro al pasado. Esta será la base del conflicto, futuro contra pasado con el fin de lograr el cambio. En esta colisión, los sectores dominantes deberán decidir a donde orientarán su apoyo al igual que el amplio electorado no cautivo, que si bien votó por algunos de los candidatos perdedores, no se sienten comprometidos con dichas propuestas.
El líder de Gana Perú, Ollanta Humala, ha convocado a las diversas fuerzas sociales a sumarse a sus propuestas para lograr la victoria el próximo 5 de junio. En esta convocatoria se necesita precisar cual sería el rol de la CGTP en la contradicción, con el fin de lograr el objetivo de que una alternativa alcance el gobierno del Perú y viabilice desde el presente, un futuro con integración y desarrollo.
CGTP, DERECHOS LABORALES Y JUSTICIA PARA LOS MÁRTIRES
Tal como se refiere en uno de los párrafos anteriores, Humala monopolizó el tema de la corrupción, lo que le permitió posicionarse en una demanda que el resto de postulantes presidenciales obvió descaradamente porque afectaba su transparencia en la campaña, debido a los diversos hechos corruptos que sucedieron en sus gobiernos. Otra exigencia que se han negado los candidatos neoliberales a debatir es el laboral, flanco débil de la hija del recluso Alberto Fujimori.
Este tema debería ser liderado por la CGTP teniendo en consideración dos exigencias, una es la recuperación de los derechos laborales conculcados por la dictadura fujimorista, que no sólo los eliminó sino que melló la dignidad de millones de familias trabajadoras con las compulsivas privatizaciones, la generación de trabajos precarios y el estancamiento de los salarios y pensiones.
El otro aspecto es el sacrificio de los dirigentes sindicales por la defensa de los derechos de los trabajadores y la democracia, como fue el asesinato de Pedro Huilca Tecse, por parte del Grupo Militar de Aniquilamiento promovido por Fujimori, conocido como Colina, junto a otros dirigentes que pagaron con su vida el enfrentamiento con la dictadura.
La participación activa de la central con estas dos exigencias permitiría capitalizar las demandas de cambio del sector trabajador, que si bien demuestra respaldo al líder nacionalista, la capacidad de replicar su posición a otros espacios aún no conquistados por Gana Perú, como el de las mypes, jóvenes y la población fujimorista, ayudaría a evitar que la desinformación juegue a favor de la hija del dictador, además de fortalecer el compromiso de Ollanta.
Respecto a la justicia de los mártires del sindicalismo coadyuvaría a rescatar la importancia de dichas vidas para la consolidación de la democracia y el sacrificio de peruanos y peruanas que no se dejaron amilanar pero que fueron cobardemente asesinados. Demandar justicia para ellos, será un hecho pragmático que pondrá en el imaginario colectivo del sector laboral lo apocalíptico que sería para el país, el retorno del fujimorismo, además de exigir que la justicia peruana se pronuncie sobre estos hechos, tal como lo ha hecho la internacional (Corte Interamericana de Derechos Humanos).
EL DEBATE LABORAL EN LA SEGUNDA VUELTA
Hemos comentado en anteriores oportunidades que la CGTP hubiera alcanzado mayor participación en los escenarios de poder, si las negociaciones pre-electorales hubieran tenido una estrategia diferente. Sin embargo, los resultados electorales pueden ser el contexto necesario para posicionar a la central en el eje del debate laboral y ejercer una mayor presión para mejorar las condiciones sindicales frente al empresariado nacional y transnacional que se traduzca en el desmantelamiento de la estructura laboral neoliberal.
Esto implica que si la CGTP decide participar plenamente en la Segunda Vuelta tiene que lograr de Ollanta Humala un compromiso concreto para solucionar las demandas del sector laboral, como las dos expresadas en el presente artículo, entregando a su vez las herramientas para alcanzar su concreción.
Una de ellas sería la suscripción de un acuerdo público con los trabajadores y trabajadoras del país representados por la central con los siguientes puntos: aprobación de la Ley General del Trabajo, Respeto pleno a la Libertad Sindical (sindicalización, negociación colectiva y huelga), Recuperación del carácter tuitivo del Ministerio de Trabajo, Derogatoria de las normas que violen los convenios de la OIT y los derechos conquistados por los trabajadores, Reposición de los despedidos por ejercer sus derechos laborales, Eliminación de toda ley que promueve contrataciones que disminuyan derechos (tercerización, CAS, etc), entre otros.
A esto debemos sumar, el respaldo del Estado para defender en el Poder Judicial a los familiares de los dirigentes asesinados durante la dictadura fujimorista y los gobiernos previos y siguientes. Cabe resaltar, que la justicia ha preferido dilatar los procesos y en el caso de los que tienen resoluciones de la CIDH, los gobiernos de turno los han incumplido o cumplido en parte. En el acuerdo de deben establecer un cronograma para el estricto cumplimiento de las sentencias y la exigencia a los jueces para que culminen los juicios.
LA CGTP Y EL MINISTERIO DE TRABAJO
De lograrse estos compromisos, es necesario que la CGTP tenga la oportunidad de participar activamente en la dirección del sector trabajo, como lo ha venido haciendo el empresariado en los último gobiernos, lo que les ha permitido concretar la receta neoliberal siempre en contra de los trabajadores, con los resultados que todos conocemos.
La ejecución de los acuerdos explicitados sería el marco para que un trabajador o dirigente afiliado a la CGTP ocupe posteriormente el Ministerio de Trabajo y recupere por completo el rol tuitivo de dicha cartera y a su vez promueva la reforma de la justicia laboral.
Estas decisiones políticas le darían mayor legitimidad a los anuncios de Ollanta Humala de atender las exigencias de los trabajados, y sólo la CGTP podría darle el respaldo social para garantizar que el sector laboral los apoye, además de apreciarse concretamente en sus relaciones con el empresariado y en la economía de sus familias.
Los trabajadores y trabajadoras reclaman diálogo con soluciones concretas. La CGTP puede ser la institución que viabilice dichas demandas para pasar de la defensa de los derechos laborales a la ofensiva, si se dan las condiciones básicas. Las descritas en el presente artículo pueden ayudar a lograrlo.
(*) MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA Y GOBIERNO
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