Entrevista a Isidoro Gamarra para la Revista Unidad, edición del 10-10-1988.
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“Fue en setiembre u octubre del año 1930… Yo formaba parte del Comité de Desocupados de Construcción Civil y, aunque era muy joven, me eligieron secretario de actas. En ese comité había una célula comunista dirigida por el camarada Víctor Bravo. Sin embargo después de una polémica callejera con los apristas, fue que un joven camarada se me acercó y me preguntó si yo militaba en el Partido Comunista. Le respondí que "trabajaba" en el Comité de Desocupados y que allí habían comunistas, pero que yo no había ingresado. Así que él me invitó a ingresar a la Federación Juvenil Comunista y, luego de consultar con los del Comité de Desocupados, ingresé allí”.
"MÍTINES DE ROMPE Y RAJA"
El camarada Isidoro, a pesar de su juventud, era un experimentado trabajador de construcción civil, oficio que aprendió desde los 14 años, cuando ingresó de peón a una obra. Sin embargo con Ia crisis de 1930 fue despedido, al igual que otros miles de obreros, quienes fueron empadronados por la municipalidad y constituyeron el "Comité de Desempleados"
"Al principio me resultó algo difícil integrarme en la Federación Juvenil Comunista, reconoce el c. Gamarra, debido a que el partido operaba en la clandestinidad y porque eran perseguidos por la dictadura militar de Luís M. Sánchez Cerro. No obstante, al poco tiempo fue elegido secretario general de la FJC, "en donde había un considerable volumen de jóvenes obreros, que trabajaban en las fábricas de sombreros, en las de fideos, alimentos y otras".
La Federación respondiendo a las tareas que el partido le había asignado realizaba marchas y mítines callejeros relámpagos. "hacíamos mítines de rompe y raja, prácticamente cerrábamos todo el centro de Lima, tomábamos sus principales plazas, jirón de la Unión. Había un cierra-puertas general. En esa época no sólo había la Guardia Civil sino también la gendarmería, la Guardia Republicana y los soplones".
En uno de esos mítines relámpago Isidoro cayó preso por primera vez. "Era una protesta del partido contra la Ley de Emergencia 8505 del dictador Sánchez Cerro, por la que se perseguía a la ideología comunista y por la que ya habían varios presos de nuestro partido en El Frontón, como el c. David Basantez, quien después estuvo en nuestra CGTP".
"Estuve dos años preso en El Sexto. Lo curioso es que cuando yo tuve 15 o 16 años y trabajaba para la empresa Freteley, terminamos la construcción de este penal. Yo me quedé hasta poner la última reja Lo dejamos listo para albergar a los presos, quien diría que yo mismo sería uno de ellos", recuerda.
CONSTRUCTOR DEL PARTIDO
"Cuando salí de "El Sexto", inmediatamente me reintegré a la Federación Juvenil Comunista y continué siendo secretario general. Un año después fui pasado Partido, al Comité Radio del Rímac. Así se llamaban antes los organismos del Partido, habian Comités Radio en la Victoria, en Maravillas y otras localidades. En el Rímac habian 25 células y funcionaban como un reloj.
De allí pasé a la dirección regional y durante la dictadura de Odría ingresé al Comité Central".
"En los años negros de la dictadura odriísta, cuando casi todos nuestros máximos se hallaban presos en el Sepa, en el Frontón y otras cárceles, con los camaradas Caro, Manuel Ugarte y otros tres más dirigimos toda la estructura partidaria y la pudimos mantener a flote”.
El c. Isidoro mantiene intacto su espíritu juvenil, rebelde, fogoso de cuando salía a las campañas de rayado de paredes, volanteo y organizaba mítines relámpagos. “Necesito capacitarme más, ahora que el partido esta en la legalidad he aprendido un poco más, sobre todo de teoría, pero necesito aprender más, nos dice ahora a sus 81 combativos años de vida.
Durante todo el tiempo que el Partido Comunista estuvo en la clandestinidad -14 años de sus 60- no hemos tenido tiempo de profundizar en la materia, nos dice, yo nunca he estado en escuela de capacitación u otras por el estilo”.
LA CGTP
Sus ocupaciones en la central mariateguista no terminan y en medio de sus recuerdos tiene que hacer llamadas telefónicas y atender a otros representantes de los sindicatos en conflicto.
Isidoro Gamarra es pieza clave en la central. Las otras confederaciones de trabajadores (la CNT, a CTP y la CTRP) lo respetan y reconocen en él a un luchador social por eso se le encargó las coordinaciones con respecto a este paro del 13 de octubre.
Su trayectoria de lucha habla por sí sola, todas las dictaduras desde la de Sánchez Cerro, Benavides y Odría lo han apresado y metido a prisión. "Conozco casi todas las cárceles del país, menos la de Satipo, ni el SEPA, donde sí ha estado el c. Jorge del Prado", nos cuenta.
Como trabajador de Construcción Civil también ha sufrido los embates de su oficio. "Entre los años 30 y 35, la desocupación fue muy grande, pero nosotros gracias a las luchas del Comité de desocupados conseguimos la rotación en el trabajo, por lo que trabajaba dos semanas y otras dos era desocupado. En ese entonces sólo se ganaba dos soles diarios", recuerda.
Sus acciones como forjado dirigente sindical y militante comunista nunca han estado separadas, siempre una unida a la otra.
Tiene los mejores recuerdos de los camaradas que como él pertenecían a la Federación de Construcción Civil, como Guillermo de la Cruz -"un buen camarada muy trabajador y abnegado"-, con Samaniego, Gutiérrez y Carbonell, calló preso por primera vez. También recuerda mucho a Teobaldo Oviedo, al que mataron los guardias en el penal de El Frontón.
"Mi primer seudónimo fue Sergio, porque uno de mis hermanos que murió se llamaba así", dice Isidoro Gamarra.
Incansable conversador, siempre quiere volcar sus experiencias y no pierde oportunidad de hacerlo en cuanto ve una reunión de jóvenes comunistas, o concurre a algún acto de los sindicatos y federaciones.
Al Amauta José Carlos Mariátegui sólo lo conoció de vista. "Los más cerca que estuve de él fue a seis metros en un mitin el 1º de Mayo", recuerda. Es que en aquel entonces era muy joven y empezaba a hacer sus primeros contactos con los grupos revolucionarios.
SÓLIDO CIMIENTO
Isidoro Gamarra ha sido pieza importante en el movimiento sindical. Como dirigente nacional de la Federación de Construcción Civil, contribuyó decididamente a su crecimiento y fortalecimiento.
Luego cuando se trazó la tarea de darle una nueva orientación al sindicalismo, en vista de que la CTP era manejada por el APRA y seguía la línea de los sindicatos libres, y se comenzó a reconstruir la CGTP, Isidoro Gamarra también tuvo una descollante actuación en el llamado Comité de Unificación clasista (CDUS), que en junio de 1968, luego de un congreso le dio una nueva partida de bautizo a la central de trabajadores fundada por el Amauta José Carlos Mariátegui.
Gamarra fue elegido secretario general de la CGTP y luego pasó a ocupar la presidencia de la central -cargo que hasta hoy a sus 81 años mantiene-, al que le ha quitado el rasgo decorativo que alguien puede creer que tenga, Gamarra es un activo presidente de la CGTP y así lo ha demostrado su cotidiana actividad dentro de las oficinas de la central y también cuando ha salido al exterior en su representación.
Estas razones también le han ganado el odio visceral de los enemigos de clase y de sus representantes en los gobiernos de turno, porque no sólo fueron las dictaduras militares las que lo han encarcelado, sino también los gobiernos "democráticos" de Manuel Prado y el de Fernando Belaúnde (tanto en su primer periodo, como en el segundo).
Asimismo, El general Francisco Morales Bermúdez, lo enjuició junto con otros dirigentes sindicales, por injuriar a los símbolos de la patria. Patraña que no prosperó por ser una total falsedad.
DISCIPLINA CAMARADAS
"Una de las cosas que el partido me ha enseñado es a cumplir con los acuerdos y tareas planteadas para el desarrollo político y sindical. La nuestra es una disciplina consciente, porque de eso depende la seguridad personal y de toda la organización, sobre todo en el trabajo clandestino"
"En segundo lugar, el partido me ha imbuido en una tremenda mística. Además de los lazos de fraternidad y ayuda mutua que nos han unificado siempre. A veces no teníamos ni siquiera un plato de comida que llevarnos a la boca y era la gente del partido la que nos tendía la mano. Eso es muy fuerte. El Partido nos regala la hermandad y la solidaridad comunista. Todo lo poco que sé y que he aprendido se lo debo al partido" afirma agradecido.
"Mucha gente no se puede explicar cómo nuestro partido, aún en las épocas más difíciles de la clandestinidad, en que éramos muchos menos que ahora, hemos realizado acciones de lucha de gran envergadura, desplegando una actividad diaria, febril, sin descanso. Nosotros recurrimos a todos los medios para nuestras ideas. Nos esforzábamos al máximo para cumplir nuestros deberes, debíamos estar a la hora exacta para las reuniones clandestinas. Todo esto he hecho y hemos hecho, junto con otros camaradas", afirma enérgico.
"Hemos tenido épocas muy largas de clandestinidad sólo con Bustamante, en aquella ocasión y estos últimos ocho años después de la Asamblea Constituyente. Todos los demás años hemos sido perseguidos, apresados y asesinados. Esto se debe tener bien presente".
Dejamos a don Isidoro, al camarada veterano, al eterno rebelde Isidoro Gamarra, sumido nuevamente en organizar el Paro Nacional del 13 de octubre. Toma un grupo de cartas en su mano y con su rápido andar pide a las secretarias que llamen al chofer, tiene urgencia para llegar a las citas con las otras centrales sindicales.
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“Fue en setiembre u octubre del año 1930… Yo formaba parte del Comité de Desocupados de Construcción Civil y, aunque era muy joven, me eligieron secretario de actas. En ese comité había una célula comunista dirigida por el camarada Víctor Bravo. Sin embargo después de una polémica callejera con los apristas, fue que un joven camarada se me acercó y me preguntó si yo militaba en el Partido Comunista. Le respondí que "trabajaba" en el Comité de Desocupados y que allí habían comunistas, pero que yo no había ingresado. Así que él me invitó a ingresar a la Federación Juvenil Comunista y, luego de consultar con los del Comité de Desocupados, ingresé allí”.
"MÍTINES DE ROMPE Y RAJA"
El camarada Isidoro, a pesar de su juventud, era un experimentado trabajador de construcción civil, oficio que aprendió desde los 14 años, cuando ingresó de peón a una obra. Sin embargo con Ia crisis de 1930 fue despedido, al igual que otros miles de obreros, quienes fueron empadronados por la municipalidad y constituyeron el "Comité de Desempleados"
"Al principio me resultó algo difícil integrarme en la Federación Juvenil Comunista, reconoce el c. Gamarra, debido a que el partido operaba en la clandestinidad y porque eran perseguidos por la dictadura militar de Luís M. Sánchez Cerro. No obstante, al poco tiempo fue elegido secretario general de la FJC, "en donde había un considerable volumen de jóvenes obreros, que trabajaban en las fábricas de sombreros, en las de fideos, alimentos y otras".
La Federación respondiendo a las tareas que el partido le había asignado realizaba marchas y mítines callejeros relámpagos. "hacíamos mítines de rompe y raja, prácticamente cerrábamos todo el centro de Lima, tomábamos sus principales plazas, jirón de la Unión. Había un cierra-puertas general. En esa época no sólo había la Guardia Civil sino también la gendarmería, la Guardia Republicana y los soplones".
En uno de esos mítines relámpago Isidoro cayó preso por primera vez. "Era una protesta del partido contra la Ley de Emergencia 8505 del dictador Sánchez Cerro, por la que se perseguía a la ideología comunista y por la que ya habían varios presos de nuestro partido en El Frontón, como el c. David Basantez, quien después estuvo en nuestra CGTP".
"Estuve dos años preso en El Sexto. Lo curioso es que cuando yo tuve 15 o 16 años y trabajaba para la empresa Freteley, terminamos la construcción de este penal. Yo me quedé hasta poner la última reja Lo dejamos listo para albergar a los presos, quien diría que yo mismo sería uno de ellos", recuerda.
CONSTRUCTOR DEL PARTIDO
"Cuando salí de "El Sexto", inmediatamente me reintegré a la Federación Juvenil Comunista y continué siendo secretario general. Un año después fui pasado Partido, al Comité Radio del Rímac. Así se llamaban antes los organismos del Partido, habian Comités Radio en la Victoria, en Maravillas y otras localidades. En el Rímac habian 25 células y funcionaban como un reloj.
De allí pasé a la dirección regional y durante la dictadura de Odría ingresé al Comité Central".
"En los años negros de la dictadura odriísta, cuando casi todos nuestros máximos se hallaban presos en el Sepa, en el Frontón y otras cárceles, con los camaradas Caro, Manuel Ugarte y otros tres más dirigimos toda la estructura partidaria y la pudimos mantener a flote”.
El c. Isidoro mantiene intacto su espíritu juvenil, rebelde, fogoso de cuando salía a las campañas de rayado de paredes, volanteo y organizaba mítines relámpagos. “Necesito capacitarme más, ahora que el partido esta en la legalidad he aprendido un poco más, sobre todo de teoría, pero necesito aprender más, nos dice ahora a sus 81 combativos años de vida.
Durante todo el tiempo que el Partido Comunista estuvo en la clandestinidad -14 años de sus 60- no hemos tenido tiempo de profundizar en la materia, nos dice, yo nunca he estado en escuela de capacitación u otras por el estilo”.
LA CGTP
Sus ocupaciones en la central mariateguista no terminan y en medio de sus recuerdos tiene que hacer llamadas telefónicas y atender a otros representantes de los sindicatos en conflicto.
Isidoro Gamarra es pieza clave en la central. Las otras confederaciones de trabajadores (la CNT, a CTP y la CTRP) lo respetan y reconocen en él a un luchador social por eso se le encargó las coordinaciones con respecto a este paro del 13 de octubre.
Su trayectoria de lucha habla por sí sola, todas las dictaduras desde la de Sánchez Cerro, Benavides y Odría lo han apresado y metido a prisión. "Conozco casi todas las cárceles del país, menos la de Satipo, ni el SEPA, donde sí ha estado el c. Jorge del Prado", nos cuenta.
Como trabajador de Construcción Civil también ha sufrido los embates de su oficio. "Entre los años 30 y 35, la desocupación fue muy grande, pero nosotros gracias a las luchas del Comité de desocupados conseguimos la rotación en el trabajo, por lo que trabajaba dos semanas y otras dos era desocupado. En ese entonces sólo se ganaba dos soles diarios", recuerda.
Sus acciones como forjado dirigente sindical y militante comunista nunca han estado separadas, siempre una unida a la otra.
Tiene los mejores recuerdos de los camaradas que como él pertenecían a la Federación de Construcción Civil, como Guillermo de la Cruz -"un buen camarada muy trabajador y abnegado"-, con Samaniego, Gutiérrez y Carbonell, calló preso por primera vez. También recuerda mucho a Teobaldo Oviedo, al que mataron los guardias en el penal de El Frontón.
"Mi primer seudónimo fue Sergio, porque uno de mis hermanos que murió se llamaba así", dice Isidoro Gamarra.
Incansable conversador, siempre quiere volcar sus experiencias y no pierde oportunidad de hacerlo en cuanto ve una reunión de jóvenes comunistas, o concurre a algún acto de los sindicatos y federaciones.
Al Amauta José Carlos Mariátegui sólo lo conoció de vista. "Los más cerca que estuve de él fue a seis metros en un mitin el 1º de Mayo", recuerda. Es que en aquel entonces era muy joven y empezaba a hacer sus primeros contactos con los grupos revolucionarios.
SÓLIDO CIMIENTO
Isidoro Gamarra ha sido pieza importante en el movimiento sindical. Como dirigente nacional de la Federación de Construcción Civil, contribuyó decididamente a su crecimiento y fortalecimiento.
Luego cuando se trazó la tarea de darle una nueva orientación al sindicalismo, en vista de que la CTP era manejada por el APRA y seguía la línea de los sindicatos libres, y se comenzó a reconstruir la CGTP, Isidoro Gamarra también tuvo una descollante actuación en el llamado Comité de Unificación clasista (CDUS), que en junio de 1968, luego de un congreso le dio una nueva partida de bautizo a la central de trabajadores fundada por el Amauta José Carlos Mariátegui.
Gamarra fue elegido secretario general de la CGTP y luego pasó a ocupar la presidencia de la central -cargo que hasta hoy a sus 81 años mantiene-, al que le ha quitado el rasgo decorativo que alguien puede creer que tenga, Gamarra es un activo presidente de la CGTP y así lo ha demostrado su cotidiana actividad dentro de las oficinas de la central y también cuando ha salido al exterior en su representación.
Estas razones también le han ganado el odio visceral de los enemigos de clase y de sus representantes en los gobiernos de turno, porque no sólo fueron las dictaduras militares las que lo han encarcelado, sino también los gobiernos "democráticos" de Manuel Prado y el de Fernando Belaúnde (tanto en su primer periodo, como en el segundo).
Asimismo, El general Francisco Morales Bermúdez, lo enjuició junto con otros dirigentes sindicales, por injuriar a los símbolos de la patria. Patraña que no prosperó por ser una total falsedad.
DISCIPLINA CAMARADAS
"Una de las cosas que el partido me ha enseñado es a cumplir con los acuerdos y tareas planteadas para el desarrollo político y sindical. La nuestra es una disciplina consciente, porque de eso depende la seguridad personal y de toda la organización, sobre todo en el trabajo clandestino"
"En segundo lugar, el partido me ha imbuido en una tremenda mística. Además de los lazos de fraternidad y ayuda mutua que nos han unificado siempre. A veces no teníamos ni siquiera un plato de comida que llevarnos a la boca y era la gente del partido la que nos tendía la mano. Eso es muy fuerte. El Partido nos regala la hermandad y la solidaridad comunista. Todo lo poco que sé y que he aprendido se lo debo al partido" afirma agradecido.
"Mucha gente no se puede explicar cómo nuestro partido, aún en las épocas más difíciles de la clandestinidad, en que éramos muchos menos que ahora, hemos realizado acciones de lucha de gran envergadura, desplegando una actividad diaria, febril, sin descanso. Nosotros recurrimos a todos los medios para nuestras ideas. Nos esforzábamos al máximo para cumplir nuestros deberes, debíamos estar a la hora exacta para las reuniones clandestinas. Todo esto he hecho y hemos hecho, junto con otros camaradas", afirma enérgico.
"Hemos tenido épocas muy largas de clandestinidad sólo con Bustamante, en aquella ocasión y estos últimos ocho años después de la Asamblea Constituyente. Todos los demás años hemos sido perseguidos, apresados y asesinados. Esto se debe tener bien presente".
Dejamos a don Isidoro, al camarada veterano, al eterno rebelde Isidoro Gamarra, sumido nuevamente en organizar el Paro Nacional del 13 de octubre. Toma un grupo de cartas en su mano y con su rápido andar pide a las secretarias que llamen al chofer, tiene urgencia para llegar a las citas con las otras centrales sindicales.
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